Testimonio de una madre que nos parece muy interesante para compartir, se trata sobre el efecto confianza.
Dejé a mi hija de 12 años teñirse el cabello.
Cuando empezó a mencionar la idea de teñirse el cabello hace varios meses, le dije:
"Ya veremos".
Ella se sorprendió de que no le dijera que no inmediatamente, así que lo mencionaba casualmente aquí y allá.
Traté de pensar en una buena razón para decirle que no.
En la escuela no hay una regla contra el cabello teñido, no requiere ningún mantenimiento adicional y ella estaba juntando su dinero para pagárselo.
Sin embargo, se me dificultaba tomar una decisión, principalmente porque mis papás no lo hubieran permitido...
Mi padre se volvió loco cuando me perforé la oreja en la secundaria, así que el pelo azul nunca sería una opción.
Cuando lo pensé, sólo había dos razones para no hacerlo:
Significaba que temía que ya no podría controlar su apariencia...
Es algo que nunca hubiera hecho a su edad.
Ambas razones parecían bastante egoístas y tontas.
Entonces...
Finalmente hice la cita
Y le dijimos a nuestro colorista que queríamos teñir las puntas,
...y mi hija se fue con un montón de cabello azul y morado. ¡Ups!
¡Y no podría estar más feliz!
Pero aún más interesante, fue que todas las mujeres en el lugar se detuvieron para decirme que yo era una buena madre por permitirle hacer esto.
Me pareció extraño, hasta que una mamá mayor comentó:
"Los jóvenes tienen muy poco que contar sobre sus vidas, y cuando les damos un poco, le damos equilibrio a la relación. Créeme, eres inteligente al dejarla hacer esto."
Entonces, de regreso a casa cuando mi niña me daba las gracias infinitamente,
...le dije esto:
《Recuerda que pensaste que iba a decir que no, lo discutimos, y luego llegamos a una solución juntas.》
Antes de que salgas y hagas algo estúpido, recuerda que siempre podemos hablar de eso primero, incluso si crees que diré que no.
Dame la misma oportunidad que yo te di.
Asintió con la cabeza y movía orgullosa su cabello.
Fuente: Facebook
0 comments:
Publicar un comentario